Turquía prometió el sábado que no permitiría ningún encubrimiento en el caso Jamal Khashoggi después de que Arabia Saudita admitió que sus agentes habían matado al periodista, pero insistió en que Mohammed bin Salman, el príncipe heredero, no estaba involucrado.

Después de más de dos semanas de protestar por su inocencia, Arabia Saudita cambió de rumbo y dijo que el Sr. Khashoggi, de 59 años, murió durante “una pelea a puñetazos” dentro del consulado saudí el 2 de octubre.

El reino dijo que había arrestado a 18 saudíes en relación con el asesinato y que había despedido al general Ahmed al-Assiri, el subjefe de inteligencia, y a Saud al-Qahtani, un colaborador cercano del príncipe heredero Mohammed.

Los funcionarios sauditas insistieron en que el príncipe heredero no tenía conocimiento del asesinato ni de su posterior encubrimiento.

El rey Salman le encargó la reforma de los servicios de inteligencia sauditas, una señal de que la posición del príncipe heredero Mohammed sigue siendo segura.