El presidente Assad ha prometido que no se procesará a nadie que haya abandonado el ejército o haya huido del servicio obligatorio. En circunstancias normales, la deserción se cumple con una condena de prisión de un año de duración.

El presidente sirio, Bashar al-Assad, anunció el martes que su gobierno ofrecerá una amnistía a los hombres que desertan del ejército o evitan el reclutamiento durante los siete años de guerra civil en el país. Miles de soldados sirios desertaron en los primeros años de la guerra para unirse a los grupos rebeldes, y muchos de los 5 millones de personas que huyeron del país también estaban esquivando el servicio militar obligatorio.

El decreto decía que los fugitivos dentro de Siria tenían cuatro meses para entregarse, mientras que los que habían huido al extranjero tenían seis meses. En circunstancias normales, los desertores del ejército sirio se enfrentan a años de prisión si son capturados.

Sin embargo, cualquiera que hubiera luchado contra el gobierno no era elegible para una amnistía.

Durante el año pasado, el gobierno sirio ha recuperado casi todo su territorio anterior con la ayuda de aliados, Rusia e Irán. El último bastión rebelde, Idlib, está sufriendo un retiro de armas pesadas como parte de una tregua negociada entre Rusia y Turquía, que apoya a los rebeldes.

El ejército turco ha acordado ayudar a implementar una “zona de amortiguamiento” alrededor de Idlib para garantizar el cese de las hostilidades y prevenir una crisis humanitaria.

Al mismo tiempo, el Líbano anunció que 50.000 refugiados sirios habían regresado a sus hogares voluntariamente en lo que va del año.