Rusia está actualizando sus reglas de navegación para una contingencia que involucra a los buques de guerra de otra nación que intentan navegar a lo largo de la Ruta del Mar del Norte. Dicho pasaje requeriría una notificación previa del Ministerio de Defensa.
La ruta, situada en el Ártico a lo largo de la costa norte de Rusia, se está haciendo más accesible al tráfico marítimo a medida que el clima se calienta. Con temporadas de navegación más largas y menos riesgos de hielo, Rusia espera que el camino sea cada vez más demandado para el tránsito comercial internacional. Sin embargo, tal navegación a menudo requiere la cooperación de Rusia, ya que generalmente se necesita un rompehielos para pasar. Sin embargo, existe una fuente potencial de problemas para que el lado norte de Rusia se vuelva más accesible. Los barcos militares extranjeros también pueden viajar, incluso aquellos que carecen de protección contra el hielo, como lo demostró el barco de apoyo y asistencia en alta mar de la clase Loire de la Armada francesa Rhône en octubre. El barco tardó 17 días en atravesar la ruta y no solicitó ayuda al rompehielos ruso.
A partir del próximo año, Rusia requerirá que los barcos militares que viajan a través del Ártico ruso notifiquen previamente al Ministerio de Defensa, según el general Mikhail. Mizintsev, el jefe del Centro de Gestión de la Defensa Nacional. Dijo que las enmiendas a las reglas de navegación se adoptarán antes de que comience la temporada de navegación del Ártico del próximo año, informó RIA Novosti.
La Ruta del Mar del Norte requiere atravesar las aguas territoriales de Rusia, lo que le otorga la autoridad para establecer reglas para el paso de barcos. Técnicamente, las leyes internacionales del mar permite a los buques de guerra el derecho de paso inocente a través de aguas territoriales extranjeras bajo ciertas condiciones. Sin embargo, el derecho puede volverse difícil de poner en práctica, como lo demuestra el famoso incidente de 1988 en el Mar Negro, que involucró a un buque militar soviético y estadounidense, o el último estallido entre Rusia y Ucrania en el estrecho de Kerch.