La saga del escándalo de dopaje aparentemente interminable de Paolo Guerrero podría haber terminado finalmente.
Y la última decisión no fue a favor del capitán peruano.
El Tribunal Federal Suizo anunció el lunes que la reanudación de la prohibición de 14 meses por parte de Guerrero que se retrasó momentáneamente para la Copa Mundial continuará según lo previsto hasta abril de 2019, negando efectivamente su última oportunidad de apelación.
La dramática serie de eventos comenzó cuando Guerrero dio positivo en pruebas de trazas de cocaína después de un juego de clasificación para la Copa Mundial en octubre de 2017, que sostuvo que se debía a un mate de coca.
Después de un torbellino de prohibiciones, prohibiciones extendidas, intentos de apelación y, finalmente, una apelación exitosa, Guerrero pudo jugar en la primera Copa Mundial de Perú desde 1982 gracias a una decisión de último minuto a su favor del Tribunal Suizo.
La Corte de Arbitraje para el Deporte reconoció que sus miembros creen que la prueba de drogas positiva de Guerrero en realidad provino de ingerir el té y no fue intencional.
Sin embargo, la apelación inicial solo solicitó un congelamiento de la Copa del Mundo, ya que la larga suspensión de Guerrero ya ha regresado y lo dejará al margen hasta el próximo año tanto del club como del país.
Este verano, el delantero de 34 años firmó para jugar con el Internacional de Brasil por un contrato de tres años.
Aunque mantendrá a Guerrero al margen por algún tiempo, podría regresar a Perú en la Copa América del próximo verano si el titular Ricardo Gareca decide retener los servicios del capitán.
Teniendo en cuenta la historia de Guerrero en el torneo sudamericano, su incorporación puede ser bien recibida ya que sigue siendo el máximo goleador del torneo entre los jugadores activos, habiendo anotado 10 veces en tres torneos que se remontan a 2011.