Los pepinos de mar son invertebrados marinos parecidos a burbujas que son muy buscados por los pescadores debido a su alto valor en los mercados asiáticos de mariscos.

Los fiscales en San Diego han acusado a dos hombres que contrabandearon con valor de $ 17 millones en pepinos de mar de México a Asia con dos años de libertad condicional y multas por un total de más de $ 1 millón, informó The San Diego Union-Tribune.

Los dos hombres, David Mayorquin y su padre, Ramon Torres Mayorquin, fueron nombrados en una acusación federal de 26 cargos presentada el año pasado por el tráfico ilegal de vida silvestre de 2010 a 2012, informó el Tribune.

El equipo de padre e hijo supuestamente posee y opera la compañía de mariscos Blessings, Inc. con sede en Tucson, Arizona.

Según el sitio web de una sola página de la compañía, Blessings Seafood es un distribuidor multinacional de camarón de la Costa del Golfo.

Lo que no se menciona en el sitio web es que los hombres que dirigen la compañía sobornaron a funcionarios mexicanos, usaron cuentas bancarias falsas y documentos federales falsificados para retirar ilegalmente más de 110 toneladas de pepinos de mar de las aguas mexicanas, según la acusación, informó el Tribune.

Los pepinos de mar no están relacionados con la calabaza verde de la que llevan su nombre, sino que son invertebrados marinos que se parecen a las babosas gigantes y gordas del jardín y vienen en una amplia variedad de colores y diseños. Están relacionados con las estrellas de mar y los erizos de mar y pertenecen a la clase taxonómica llamada Holothuroidea.

Hay más de 1,000 especies diferentes de pepinos de mar, y viven en casi todas partes en el océano, pero en muchas áreas han sido sobreexplotadas, y como resultado, toda la ecología del área ha sufrido. Baja California, en la costa oeste de México, es una de estas regiones. En 1994, el Instituto Nacional de Ecología en México declaró que los pepinos de mar de Baja estaban en peligro de extinción, según el Museo de Zoología de la Universidad de Michigan, y que el estado no ha cambiado.

A pesar de la disminución de su población, los pescadores continúan atacando a estas criaturas blandas e indefensas porque los pepinos de mar alcanzan un centavo en el mercado asiático de mariscos, donde se los considera un manjar.