Israel ordenó que el alto representante de Human Rights Watch en el país se retire dentro de 14 días. El Ministerio del Interior dijo que había cancelado el permiso de residencia de Omar Shakir, que es ciudadano estadounidense, porque había apoyado el boicot de Israel.
Se basó la decisión sobre un dossier del gobierno que cubría sus actividades durante la última década, casi todas anteriores a su empleo por parte de HRW. HRW insiste en que ni él ni Shakir promueven los boicots de Israel. No se trata de Shakir, sino de silenciar a Human Rights Watch y cerrar las críticas al historial de derechos de Israel, dijo Iain Levine, subdirector ejecutivo de la organización con sede en Nueva York. .
Recopilar expedientes y deportar defensores de los derechos humanos es una página del libro de jugadas de los servicios de seguridad rusos o egipcios. Israel inicialmente se negó el año pasado a otorgar a HRW un permiso para emplear a Shakir como experto extranjero.
Más tarde le concedió una visa de un año tras recibir críticas de los EE. UU. En una carta fechada el lunes, el Ministerio del Interior describió al director de HRW en Israel y Palestina como activista del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que lucha por una boicot de Israel sobre sus políticas hacia los palestinos. Israel dice que BDS se opone a la mera existencia del país y está motivado por el antisemitismo.
En mayo pasado, aprobó una ley que rehúsa el ingreso a personas vinculadas a BDS. Es inconcebible que un activista de boicot pueda recibir un permiso para permanecer en Israel para poder actuar de todas las formas posibles contra el estado. Utilizaré todos los medios para expulsar a esas personas del país, dijo el martes el ministro del Interior, Aryeh Deri.
HRW rechazó la interpretación del gobierno israelí de Shakir y dijo que había contratado a un abogado para impugnar la decisión ante un tribunal israelí.
Es la primera vez desde que HRW comenzó sus operaciones en Israel y los Territorios Palestinos hace 30 años que uno de sus empleados recibió la orden. para irse. Otros grupos de derechos humanos también criticaron la expulsión de Shakir.
Amnistía Internacional lo calificó como otra señal preocupante de la creciente intolerancia del país a las voces críticas.