Li Keqiang, el primer ministro chino, pidió una investigación inmediata sobre un escándalo por las vacunas defectuosas que, según él, había cruzado la línea moral, e instó a un castigo severo para las compañías y las personas implicadas.

El escándalo estalló hace una semana, luego de que se descubriera que el fabricante de vacunas Changsheng Biotechnology Co había violado los estándares para fabricar vacunas contra la rabia en humanos, sin embargo, no parece haber informes de personas afectadas por la vacuna o que hayan contraído la rabia después de recibirla.

El caso ha desatado la ira en las redes sociales y ha sido un golpe para el regulador de drogas de China, que ha estado luchando por limpiar la imagen de la segunda industria farmacéutica más grande del mundo y promover las vacunas fabricadas en el país.

En una declaración publicada en el sitio web del gobierno el domingo por la noche, Li dijo que el público merecía una explicación clara.

“Resolveremos los actos ilegales y delictivos que ponen en peligro la seguridad de las vidas de las personas, castigaremos resueltamente a los infractores de acuerdo con la ley y criticaremos de manera resuelta y severa el abandono del deber en la supervisión”, según fue citado.