La policía de Brasil arrestó al gobernador del estado de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezão. Los investigadores dicen que Pezão aceptó sobornos cuando fue vicegobernador de Río de 2007 a 2014. Ha negado haber aceptado fondos ilícitos.
Pezão es el último político detenido como parte de la Operación CarWash, una investigación de corrupción que ha resultado en el arresto de una larga lista de políticos y empresarios de alto rango. Las denuncias se refieren a la época en que el Sr. Pezão se desempeñó como diputado para el entonces gobernador de Río, Sergio Cabral. El propio Cabral se encuentra actualmente en prisión luego de que fue declarado culpable de lavado de dinero y corrupción el año pasado.
Los fiscales dicen que el Sr. Pezão es sospechoso de recibir 25 millones de reales (US $ 6,5 millones) en sobornos entre 2007 y 2015.
La estación de televisión brasileña Gobo News mostró imágenes en vivo de policías federales que llegaron a la residencia del gobernador, el Palacio de Laranjeiras. Del Movimiento Democrático Brasileño, le queda poco más de un mes en el cargo antes de ser reemplazado por Wilson Witzel, quien fue elegido el mes pasado.
Witzel, un ex juez federal, dijo que confiaba en que la justicia seguiría su curso y que la transición de poder entre Pezão y él no se vería afectada. Una de las promesas de la campaña de Witzel fue crear una línea directa anticorrupción en Río donde los ciudadanos puedan expresar sus sospechas.
El estado de Rio ha estado en el centro de las denuncias de corrupción con 10 legisladores estatales de una variedad de partidos arrestados hace tres semanas y acusados de recibir sobornos, la pesquisa comenzó en marzo de 2014 como una investigación de las acusaciones de que los ejecutivos de la petrolera estatal Petrobras tomaron sobornos de las empresas de construcción a cambio de otorgarles contratos a precios inflados.
Desde entonces, se ha expandido a una investigación masiva que ha resultado en políticos de primer nivel. algunos de los hombres de negocios más ricos de Brasil están encarcelados, incluido el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. La investigación fue dirigida por el juez Sergio Moro, quien fue elegido como el próximo ministro de justicia de Brasil por el presidente electo de extrema derecha Jair Bolsonaro.
Bolsonaro, quien hizo campaña con la promesa de acabar con la corrupción, ganó las elecciones del mes pasado por un margen sustancial.