El parlamento cubano eligió a Miguel Díaz-Canel como el único candidato para suceder a Raúl Castro, de 86 años, que puso fin al gobierno de décadas de la familia. Raúl Castro asumió como presidente de su hermano Fidel en 2006.

La Asamblea Nacional, el país cuerpo legislativo, votará sobre la nominación, pero es casi seguro que el señor Díaz-Canel será confirmado. Se espera que Raúl Castro siga siendo una poderosa influencia en el estado comunista incluso después de su dimisión y que pase formalmente la presidencia al señor Díaz -Canel después del anuncio de la votación de la Asamblea Nacional el jueves.

Puede que haya tenido un perfil relativamente bajo cuando fue nombrado vicepresidente del Consejo de Estado de Cuba en 2013, pero desde entonces se convirtió en la mano derecha de Raúl Castro. Durante los últimos cinco años, ha sido preparado para la presidencia y la entrega del poder. Pero incluso antes de ser nombrado primer vicepresidente, el hombre de 57 años ya había tenido una larga carrera política.

Nació en 1960, poco más de un año después de que Fidel Castro asumió como primer ministro. Estudió ingeniería eléctrica y comenzó su carrera política cuando tenía poco más de 20 años como miembro de la Liga de Jóvenes Comunistas en Santa Clara. Mientras enseñaba ingeniería en la universidad local, se abrió camino en las filas de la Liga de Jóvenes Comunistas, convirtiéndose en su segundo secretario a la edad de 33.

No es probable que quien lidere el país haga cambios importantes en el corto plazo, especialmente mientras Castro siga siendo una fuerza política para tener en cuenta. Es probable que cualquier cambio sea gradual y lento. Dicho esto, Raúl Castro introdujo reformas después de asumir el cargo de presidente, y lo más sorprendente fue el deshielo en las relaciones con los EE. UU. que parecían impensables para su hermano Fidel.

El nuevo líder tendrá que considerar cómo superar los problemas causados ​​por el colapso económico del aliado de Cuba, Venezuela, y qué tipo de relación desea la isla caribeña con los Estados Unidos bajo Donald Trump. Pero la mayoría de los cubanos juzgará que el nuevo líder es si su vida cotidiana mejora.