Los albatros podrían ayudar a los investigadores a determinar la ubicación de los barcos de pesca ilegales.
El mundo no está pescando de manera sostenible. En los océanos, las poblaciones de peces se han reducido y colapsado, y un estudio reciente encontró que si las tasas de pesca continúan sin cambios, todas las pesquerías del mundo colapsarán para el año 2048. La pesca ilegal constituye una gran parte de ese problema. Se cree que la pesca ilegal y no regulada representa hasta el 30% de las capturas totales.
El problema es que hacer cumplir las regulaciones es difícil. Los océanos son vastos y vigilarlos ha resultado ser una tarea gigantesca. PUBLICIDAD El primer paso difícil es detectar embarcaciones ilegales. Simplemente no hay una manera fácil de ver qué embarcaciones van a dónde, y aquí es donde los albatros perezosos pueden ayudar.
Los albatros son aves majestuosas, que tienen la envergadura más grande de cualquier ave viva: hasta 3,7 m (12 pies). Recorren los mares en busca de peces, calamares y krill, volando hasta 16,000 kilómetros (9,900 millas) sin aterrizar. También son oportunistas, no solo cazan sino que también hurgan cuando pueden. Sabemos desde hace bastante tiempo que a los albatros también les gusta seguir a los barcos de pesca. Ven esto como un “almuerzo gratis”, una forma de comer algo sin pasar por el esfuerzo de la caza. Esto los hace ideales como centinelas del océano. En un nuevo estudio, los investigadores muestran cómo se pueden utilizar los albatros para ayudar a controlar los buques pesqueros ilegales.
La idea es bastante simple: etiquetar algunas aves con rastreadores GPS y registradores de radar. Cuando los madereros reciben una señal de radar (proveniente de un bote), puede ver si el bote está legalmente registrado, y si no, boom, ha encontrado un bote de pesca ilegal. Es una idea simple pero muy eficiente, y los madereros son lo suficientemente pequeños como para no causar ninguna molestia real a las aves. Esto fue puesto a prueba por investigadores de Francia y Nueva Zelanda, como parte del programa Ocean Sentinel.
Los investigadores equiparon a casi 170 albatros con registradores GPS durante 6 meses, monitoreando más de 47 millones de kilómetros cuadrados del Océano Austral. Cuando observaron los datos, los investigadores descubrieron que más de un tercio de los buques pesqueros que operan en aguas internacionales eran ilegales.
El método es notablemente barato y eficiente y puede cubrir franjas rápidas del océano casi sin costo.
Como beneficio adicional, los datos también podrían usarse de forma independiente para la conservación de los animales. Ya se están probando equipos similares en Nueva Zelanda y Hawai para otras especies marinas, como los tiburones y las tortugas marinas. Si esta tecnología también pudiera adaptarse fácilmente para evitar molestias a los animales, esto podría marcar un paso muy importante en el monitoreo y la lucha contra la pesca ilegal.